viernes, 27 de junio de 2014

Los Agüizotes y El Torovenado de Masaya


Los Agüizotes


Es una danza festiva de la ciudad de Masaya que se realiza el último viernes del mes de octubre. La fiesta o procesión nocturna de los agüisotes es un apéndice del Gran Torovenado del pueblo, hace su recorrido por calles y avenidas de la ciudad.
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Agüizotes
Foto por Julio Molina
La creencia en Los Agüizotes es un reflejo de esa superstición, alimentada por sus antepasados y forzada por los elementos traídos en la colonia, desarrollando más la superstición y haciéndola hoy en día una expresión tradicional.
Los participantes usan para confeccionar sus trajes, telas de colores negro, café o blanco, y mascaras que representan personajes de mitos y leyendas nicaragüenses, tales como: La Carreta Náhuatl, La Llorona, La Muerte Quirina, La Mocuana, El Padre sin Cabeza, El Cadejo, La Chancha Bruja, entre otros.
Las máscaras son elaboradas por artistas locales. En la procesión de Los Agüizotes participan hasta diez bandas musicales populares llamados "chicheros", distribuidas en catorce cuadras, en las cuales unas diez mil personas disfrazadas bailan al compás de los sones con movimientos propios de los personajes que representan.

El Torovenado


Posterior a los Agüizotes, se celebra el Torovenado, es una danza festiva popular, un carnaval de tipo burlesco y ridiculizante. La salida del Torovenado implica el pago de una promesa al santo. Se celebra el ultimo domingo del mes de Octubre e inicia a partir del mediodía y se extiende hasta el atardecer.
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Torovenado
Foto por Rodrigo Castillo
Los torovenados van en pequeños grupos, en parejas o simplemente solos, llevan todo tipo de disfraces. La mayoría trata de imitar o ridiculizar a algún personaje de la localidad, del país o del extranjero.
Visten trajes viejos o anticuados, portan paraguas rotos y carteras pasadas de moda, se ponen innumerables accesorios que no guardan ninguna relación con el traje y más bien desarmonizan.
Son tipos estrafalarios y extravagantes. Hacen gestos, muecas y payasadas para divertir al público. Un cuerpo de filarmónicos o chicheros ejecutan los típicos sones de toros o cachos. También se lleva una carreta tirada por bueyes, adornada con tallos de chagüite, palmas de coco y corozo y banderines.
En ella se puede apreciar la causa del Torovenado, la razón de la promesa. Sobre una tijera de lona o bramante va un enfermo, quejándose constantemente, el doctor que lo atiende y la enfermera que lo asiste en sus necesidades. Los torovenados de la carroza hacen las diligencias del caso con mucha comicidad, todo con el objeto de entretener y causar risa entre los asistentes.

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